Deisy En la mansión más antigua del pueblo de Hyunkeltown habitaba la anciana más acaudalada del lugar, Madam Charlotte White. Desde que enviudó se convirtió en una persona huidiza que no charlaba con nadie. El abandono y el descuido de su familia que emigró a otro país, también contribuyó a su afán de soledad. Su única compañía era su perra Deisy, una dachshund demasiado malcriada. La mente humana es inescrutable y digna de estudio, y la situación de la señora White era un buen abono para los delirios. Al mismo tiempo, los animales no son prejuiciosos y su compañía es fidedigna. Enemistada con su familia, deliberó que su principal heredera fuera Deisy y nadie pudo persuadirla de lo contrario. Sus excentricidades se dieron a conocer abiertamente el día en que decidió celebrar el undécimo cumpleaños de su perra por todo lo alto. En ese especial evento, invitó a toda la gente de Hyunkeltown que tuviera animales. Fueron muchos los que no se personaron, porque les pare...
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La imaginación Doradas armaduras sobre negros corceles derraman sangre y muerte, de desvaríos e ilusiones que se diseminan por mi desequilibrada mente y solitaria alma, colmándolo todo de pasión y éxtasis. La oscuridad recae sobre mí, más irresistible que nunca. No le temo a la Noche, pues de privilegios y gracias me ha revestido siempre con su oscuro manto. No obstante, el Día me ha mostrado con refulgencia la impiedad y la truculencia de este mundo, circundado de una negrura diferente: es una conmoción que atraviesa el espíritu con tanta claridad que mata. ¡Oh, Muerte! Admiro vuestra hermosura, porque seguir respirando aún sabiendo que he sucumbido es peor. Cuántas veces habré huido del Alba para refugiarme en el mundo de mis propias fantasmagorías, allí donde nadie me observa, en la opacidad más plena de mi cabeza y de mi corazón. Los caballeros de brillantes armaduras seguirán galopando y las espadas lamerán mi blanquecina tez, más al descubrir sus yelmos a nad...
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