Poeta maldito


Vacíos los mares que mi corazón navega

estéril el bosque donde os fui a buscar

llenos los desiertos de alcohol y alegría

muerta el alma a donde van.


Vi sirenas en mis rocas

cantando sin parar

su voz cazalla me decía

ha llegado vuestro final.


Pero no quise escucharlas

y les ofrecí una copa más

llena de amor y esperanza

vacía de cualquier verdad.


Extraño la vida del poeta

que se desangra sin cesar

en un papel manchado de absenta

firmando su desenlace fatal.


El corazón apuñalado

por su propia realidad

curándose las heridas

echándoles más sal.


¡Oh, poeta maldito!

qué nefasto es vuestro destino

la Muerte os besará

y nadie más os habrá querido.


¡Oh, bardo de las sombras!

Entonad unas palabras más

antes de vuestro deceso

pues yo quisiera morir igual.




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