Licantropía
Entre valles y montañas su mirada se aleja
más allá de la tapia que os guarnece
atravesando portales e incluso el corazón penetra
oliendo vuestra sangre al recorrer las venas
hasta vuestra mirada emparentada desconoce
y de sus fauces vierte la necesidad eterna.
Al mirar al cielo la luz perpetua
se enardece su corazón y vuestra alma pretende
un grito ensordecedor surge de sus entrañas
aullando a su pálida amada la locura que le hiere.
De su persona a penas queda ya nada
el instinto animal ha invadido su morada
volviéndose un depredador con ansias de sangre humana.
Un cautivo de la Noche
un loco seducido obsequiando sus ganancias
ofreciéndole sus rosas hasta hacerla sonrojarse.
Mas algo de humanidad aún retiene en su interior
un hálito de esperanza resurge al brillar el sol
cuando recupera la cordura cantando a Libertad
el quebranto y la amargura que le oprimen sin cesar.
Las rosas esparcidas recuerdos de ese amor baldío
sus manos teñidas de un marrón marchito
y lágrimas de secretos recorren esos ríos
a sabiendas de que entre valles y montañas volverá a matar
una noche de Luna llena
cuando la locura se adueñe de su juicio.

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