La pajarera


¿Por qué lloras, niña estúpida?

¿No ves que tu llanto enturbia su bello cantar?

¿y que tus lágrimas empañan su dorado plumaje

de un empapado malestar?

¡Vete a otro lugar con tu desdicha!

Y no dejes huellas al andar

nadie quiso saber lo que te pasa

y a nadie le interesa lo que de ti será.

Tu fealdad oscurece el día

y el ruiseñor no quiere ni canturrear

tu lobreguez desazona el lugar

¡Contigo nadie quiere estar!


Me marcho por donde he venido

y de mí no volveréis a saber más

el sonido que escucháis es el mío

es la belleza de la soledad.

Me voy con mi pajarera a otra parte

enmohecida, rota y lúgubre

no os preocupéis más por ella

¡ya no la volveréis a encontrar!

Tampoco el ruiseñor que canturrea

tristes pero majestuosas entonaciones

cada nuevo despertar.




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