Inspiración vacía
Te marchaste con tus heladas
que cubrieron de nieve mis yermos campos
y engalanaron mis tumbas de escarcha.
Te fuiste con tus espectros a otro lado
con tus himnos y encantos
que de pasión antaño me llenaron.
Ya no se encuentran en mi alma
las paredes, ya no rezuman escarlatas.
Me
dejaste con lo que más temía
con una existencia banal e insípida.
En el camposanto las almas
ya no entonan sus baladas
y cuando con fuerza sopla el viento
la trompeta del Ángel tampoco resuena
el follaje y las hadas siquiera ya danzan.
Me abandonaste donde la luz me ciega
entonando cantares vacíos
derramando lágrimas secas
siquiera manchadas de sangre.
¡Ya no lloro como antes!
Ya no me suicido en un verso
ya no tengo el valor de hacerlo.

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