El Romanticismo


Renacerán las negras rosas y las encarnadas líneas del sepulcro

versos de llanto, muerte y dolor

de los que amaron a los muertos y no a los vivos

espectros y sombras de un amor baldío

de los que sólo se quisieron a sí mismos

fantasmas invulnerables de sus anhelos y apetitos.


Se levantarán de sus sepulturas los suicidas

por los que un día amaron

visillos de niebla y humo

promesas de un elíseo que nunca llegó

pretendiendo un romance ficticio

cuán grande es la imaginación humana

que cabe dentro de nosotros un amor idílico.


Que no se culpe, pero, al Romanticismo

que no se señale, en vano, al egoísmo

que no se juzgue a Romeo y a Julieta

que nadie apague la luz del poeta.

Este amor existe y es real, mas intangible

se encuentra entre melodías olvidadas

entre vergeles de tinta y ríos escarlatas

atravesando mares y montañas

de deseos y emociones truncadas.

Si estuvo en el Edén alguna vez

por qué no, algún día volverá de su tumba.





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